Así que, los Apicultores estamos de fiesta. Nos dedican esta semana a los que cuidamos las abejas.
Las abejas son sumamente importantes para la polinización. Los Apicultores somos quienes las cuidamos y protegemos, para que puedan llevar a cabo esta función y asegurar, que frutos y vegetales lleguen a sus platos de comida.
Nuestra Junta Administrativa: Miguel, Ingrid, Javier, Alexis, Frances, Manuel y Edwin; felicitamos a todos nuestros colegas Apicultores. Esperamos contar con su apoyo y colaboración, para continuar nuestra misión de educar y difundir la importancia de las abeja
En homenaje a todos nuestros colegas Apicultores, aquí les compartimos un fragmento traducido de:
¿Qué es un apicultor?
– Por: Dorothy Brister
– Extraído de la Gaceta del Colmenar – Nº 578- agosto/septiembre de 1990.
“En ninguna profesión existe gente como los apicultores. Somos una clase avanzada de especialistas que realizamos bien muchas cosas. No importa nuestra estatura, forma, color, edad o sexo. Además de ser apicultor uno debe ser carpintero, pintor y cuidador de todo. Se debe estar capacitado para construir, pintar, fregar, raspar, hervir y fumigar.
Somos optimistas de nacimiento. Pensamos ya en la próxima cosecha cuando tratamos de recuperarnos del fracaso de la última. Los apicultores somos testigos de las maravillas de la naturaleza; el milagro del nacimiento, la certidumbre de la muerte; la sensación de un orden dentro del todo…Un apicultor es la paciencia personificada cuando espera el aribo de una nueva reina, la salida de un enjambre o el llenado de un alza. Sabemos de la desesperación cuando una colmena revela enfermedad o nos encontramos con la muerte o un tejido de polillas.
Los apicultores tienen pasta de ser líderes, conferenciantes, maestros, árbitros. Deben estar dispuestos a mantener una mente permeable, capaz de absorber toda la información que se pueda conseguir y dispuestos también a pasar todos los conocimientos adquiridos a otros colegas.
En resumen, los apicultores somos todas estas cosas y muchas, muchas más. Con nuestra primera introducción a las abejas y sus picaduras, y tal vez una o dos colmenas, somos principiantes. Pero, si luego de poseer varias y recibir más picaduras -y tras varios meses o años- luego que hemos construido, trabajado, levantado y cargado, desalentado y estudiado, sintiendo las espaldas, quemándonos la cara al sol y aprendiendo a aceptar pérdidas, destrozos, fatigas y contratiempos -y aún sentirnos satisfechos, felices y orgullosos de nuestra profesión- entonces sí, somos APICULTORES.”